Quenza



 

Cuando el bagazo entra en el alambique, el fuego y el vapor obran un milagro. El resultado es un aguardiente transparente y equilibrado. Un sabor que resume lo mejor de nuestra tierra. Que lleva en su interior toda la sabiduría y todo el cariño que sólo está en las cosas hechas artesanalmente. Una tradición milenaria, según la cual se destila nuestro aguardiente de la única manera posible. Gota a gota.